Bienvenidos

Los primeros pensamientos para encontrar nombre a este blog fueron tan arduos que pronto desistí. Intenté una y otra vez encontrar un término aceptado por la lengua o inventado que denotara Baracoa, mi primera tierra, y nunca quedé conforme. Entonces reparé en que al pensar recreaba un mundo muy propio, quizás porque el que vivimos todos no contenta como yo quisiera, y exige creer que el Sol va a iluminar el día, aunque haya nublados. Creo que nombrar este blog La bolita´el mundo puede expresar mi deseo de representar, aunque sea desde el yo personal, lo que desde niño imaginé universo, hoy tan frágil y vulnerable que por momentos no parece más que una pequeña esfera. La bolita´el mundo es mi mundo, es Baracoa, Cuba, mi familia, mis amigos, son los cubanos dispersos por doquier, las personas incluso que no conozco y la sensorialidad por la que respiro y busco armonía para convivir con la gente en y desde todo lugar, desde toda expresión. Es, en fin, el mundo en mí. O si se quiere, yo en el espacio creado por Dios o la Gran Explosión, según se crea. Lo importante será la palabra, esa por la que me gano el pan y trato de hacer verso.

lunes, 10 de octubre de 2011

Un acto ceremonial


Perpetuar la vida puede depender solo de dos. Desde tiempos inmemoriales, parejas de humanos y animales atraídos entre sí copulan y se reproducen como si fueran los últimos en garantizar la continuidad de la existencia en el planeta azul.

Parece una ley de la vida, aunque sin ataduras, porque nada la impone y la posibilidad de elegir es tan amplia que puede librarse de una mala selección y de los condicionamientos que a veces, entre seres pensantes, enturbian la unión.

Cuando de verdad el apareamiento es natural es cuando se produce entre seres instintivos. Basta estar listo para la experiencia y que un tiempo después nazca lo mismo un elefante que un ejemplar microscópico.

En Baracoa, donde hay tantas especies endémicas de flora y fauna que proteger, es para celebrar el cortejo de individuos como la polímita picta, cuya identidad en este territorio se iguala a la del tigre de Malasia o el oso panda en su hábitat.

Expuesta a un peligro de extinción que hace temer a naturalistas y a cualquier habitante de esta región, el caracol con la concha más bella del mundo se preserva en áreas como el Parque Humboldt, donde las cópulas del molusco son un acto ceremonial.




domingo, 9 de octubre de 2011

A Cuba en los labios


A Cuba se le puede llevar con azúcar, café, tabaco y ron. El Che la saboreaba degustando un buen café, y Winston Churchill acuñó  que la tenía siempre en sus labios, porque los puros habanos eran parte de sus rutinas.

Asimilar un país es respirar su paisaje, su gente y su cultura. Así puede estar muy cerca un lugar situado en otro continente, o muy distante la región que habitamos sin descubrirla.

Cualquier rincón geográfico, si resulta familiar, puede servir de hogar. Por eso Cuba puede estar en Baracoa o en Alaska, y Baracoa en Dominicana o en la pampa argentina, aunque estrangule la nostalgia.

Una vez leí que la primera definición de nostalgia es patria. Percepción aparte,  puede haber tristeza melancólica sin saberse bien dónde nace, dónde se esconde y el por qué de sus repentinos asaltos.

Sí es cierto que estar lejos de casa, aún dentro de ella, es como extraviar la niñez. Si nadie quisiera abandonar la plaza en que vino al mundo es por la simple razón de que allí se oxigenó y echó raíces.

Hoy, cuando Cuba es un mar de preguntas más que de respuestas, la gente habla de ella endulzándola, renegándola o soñando con un  país por el cual ni se quiere hacer a veces.

Con esas actitudes, según el caso, el mundo propio se almibara, contamina o erige sobre un espacio ilusorio encerrado en cristales a través de los cuales no podrá mirarse.

Creo que para amar a un país vale ser como son padres e hijos: unas veces amorosos, otras, resignados o escépticos, aunque siempre esperanzados en que un día cambiarán las cosas.

Cuba es demasiado para ignorarla. Entre cielo y tierra, entre océano y costas, está en boca de todos por lo increíble de su existencia y por esos misteriosos olores sentidos incluso muy a distancia.

De maneras todas, revivirla no debe significar deseo de cargarla como a un bebé, ni pronunciarla porque sí. Hay quienes prefieren llevarla en los labios cuando la dicen; yo prefiero llevarla cuando la beso.

lunes, 15 de agosto de 2011

La providencia del agua


Final del formulario

Una vez escribí que el agua podría ser considerada como patrimonio inmaterial de Baracoa. Continuas lluvias habían dejado un paisaje de inundaciones de ríos, lodazales, plantaciones caídas, reverdecer de la flora y ese hastío de cuando la persistencia altera hasta el pensamiento.

Creo que a esta hora deben ser muchos los que acuden a leyendas, divinidades y premoniciones para explicarse que el espectáculo nocturno con que se esperó aquí el medio milenio de historia de la Primera Villa de Cuba ya trascienda como la gala del agua.

Es difícil aceptar que si en el lugar donde más llueve en Cuba no hubo registro de precipitaciones que afectaran en fechas recientes la vida en la ciudad, la lluvia se anunciara y cayera poco más de una hora antes de la medianoche que haría nacer el día en que esta tierra festejara un distintivo cumpleaños.

Así es Baracoa, así es su naturaleza y así la asimilada percepción de que en la designada primera en el tiempo no hay celebración popular sin lluvia que la contraríe o bendiga.

Ester 14 de agosto, mientras en una plaza contigua al mar el arte recreaba bajo lluvia la conquista española en el archipiélago cubano, se podía recordar cuando en 1492 Cristóbal Colón tuvo que esperar durante días con paciencia la retirada de las lluvias para salir en sus naves de la bahía de Baracoa y continuar su aventura oceánica.

Desde antes, el agua fue recurrente en la región: “... allí era el propio lugar para hacer una Villa o ciudad y fortaleza por el buen puerto, buenas aguas, buenas comarcas y muchas leñas", había descrito el Almirante en su diario, y la sugerencia fue realidad casi veinte años después.

Hoy Baracoa sigue siendo agua. La imprevista, intempestiva y no sorprendente precipitación de anoche durante la gala por el onomástico de la ciudad confirma la certeza, y dice que, invitada o no, la tendremos siempre en el alma colectiva.

Con designios tales habrá que bendecir la lluvia. Obedecer a la providencia es sabio.

viernes, 5 de agosto de 2011

Un adiós a gusto

Adiós, Emily, Baracoa te saluda, me dije sin notar al instante la parodia de la frase atribuida a los gladiadores romanos que ante César iban a una batalla a muerte. La batalla aquí es por la vida, y luego del susto por posibles daños de la más reciente tormenta tropical en el Caribe, despedimos a gusto a la intempestiva. 
 
Baracoa temió que Emily invadiera sus calles y campos de agua, balanceara demasiado a los árboles y dejara en su espacio físico el rostro de la incertidumbre.

La experiencia del 2008 con Ike aún arrastra consecuencias en la vida de este territorio, y cuando ahora el espíritu colectivo está en alza en espera del medio milenio de la Primera Villa de Cuba, de repente hubo que fijarse en un fenómeno que podía no quedar omitido.

Hubiera sido difícil aceptar que nos aguen la fiesta más que las sorprendentes, abundantes y persistentes lluvias locales. La ciudad hoy se transforma con obras sociales hace tiempo necesarias, y la gente no quiere asociaciones con el Pelú, ni con lo más calvo de lo adverso.

Estamos a la espera de cinco siglos de historia de la segunda ciudad de América. Brindemos por el onomástico y pidamos que Dios nos proteja. Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa lo merece.

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domingo, 19 de junio de 2011

A mi padre



Le debía una crónica a mi padre. Se la debía, porque al comenzar esta creo haberla concluido.

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viernes, 3 de junio de 2011

Hubo sol en Baracoa


Baracoa no tiene hoy el mar de espuma simbólico del poema martiano, pero sí tuvo un sol que apareció sigiloso en hora y cambió desde temprano el ánimo de la gente.

Cuando ahora el astro rey está oculto y pugna por salir, el resplandor aclara la ciudad y sugiere que las lluvias podrían no aparecer hoy, al menos unas horas.

Y se agradece. Lo dice tanta sonrisa.

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jueves, 2 de junio de 2011

No sale el sol en Baracoa


El astro rey se esconde. No sé si solo en Baracoa, y hace no más cinco días, pero su persistencia hace extrañar los tibios rayos que en días despejados aclaran el entorno poco después de 7:00 a.m y parecen iluminar la vida.

Agradezco las lluvias. Cualquier ser sensato lo haría, pero las recientes aquí ya humedecen el pensamiento, y en lo personal me hacen desafiar consecuencias del agua en un área más que periférica, campestre.

Es difícil ir a trabajar cuando sabes que al salir de casa caminas por donde a veces el lodazal exige malabares, y para superarlo demoras como si en vez de sortear lo sucio y resbaladizo tuvieras que cuidarte de un sembrado de minas.

Por momentos andas sin saber bien por dónde vas, o dónde es firme la tierra, porque la realidad parece turbar la vista, el sentido de orientación y la respuesta a lo que solemos preguntarnos cuando parecemos perdidos.

Así me vi esta mañana, cuando de repente la claridad me hizo levantar la vista en busca del ansiado sol. Fue una ilusión óptica. Había dejado atrás la sombra de los árboles.

Trabajo relacionado: Llueve a cántaros en Baracoa

miércoles, 1 de junio de 2011

Otras de niños


Lo escuché mientras tomaba café en casa. La muchacha del hogar contiguo le decía al vivaz niño que cuidan lo bueno de portarse bien para que Dios lo quiera y un día, cuando él sea grande, se lo lleve al cielo. El chiquillo, de 4 años, la sorprendió: ¿Y no puedo bajar?

La asombrosa salida de Leider hizo acordarme de la que inspiró una crónica (Leer Una pregunta difícil). En pocos días, su ocurrencia también decidió que el chofer de su carro de juguete “no sirve, porque se ataca”; que de los puercos encerrados cerca “uno es mío”, y eligió el más grande; y que, tras mucho oír sobre sacrificios personales y búsqueda de sustento, “todo el mundo hay que trabajar”.

En la sugestiva percepción infantil lo impensado es un cuño. A Yusmalis, de 5 años, los adultos la mortificaban diciéndole que seguro tenía novio en la escuela, y que según decían los otros del aula, era Andresito. Ella, muy apenada, precisó “que no, ese no, e feo como el diablo”.

Hoy, mientras un caballo viejo vacilaba en cruzar el río Joa, evoqué a mi sobrino Geiser, que con 5 años y el recuerdo más triste de su vida narró cómo Chocky, el perro de su casa, fue atacado delante de él por otros perros hasta quedar sangrado y herido de muerte. Finalmente Chocky “escapó, cruzó el río, y no funcionó más”.

Con menos edad, un niño puso en aprietos a su educadora del círculo infantil cuando en una comprobación general de conocimientos ella negó que el hombre como especie fuera un mamífero, y él, contrariado, “se lo explicó” recordando lo que un día alcanzó a ver en el cuarto de sus padres.

Hace poco Adriana, alumna de primaria, mostró quien sabe si una precoz defensa de género. Entregó a un periodista una hoja donde decía que este estaba enamorado de una muchacha que sentaba en su pierna. “Enamorado de ella”, repetía dos veces, y la referencia iba hacia un dibujo en que lo femenino se distinguía con trazos de cabellos largos y una saya. Un día Adriana vio al periodista con su esposa y, sonriente, le voceó: “Oye, ¿entregaste la carta?”

Con tanta perspicacia uno llega a preguntarse qué ha pasado con la información genética transmitida de padres a hijos, la educación en las familias y la contribución de la tecnología al desarrollo mental. A Jeison le decían ayer que él había nacido de la barriga de su madre, y el pequeño replicó: “¡Mentira, yo nací de la piernas de mi mamá. Yo lo vi en la tele!”.

Trabajo relacionado: Cosas de niños

sábado, 23 de abril de 2011

Y los sueños... libros son

A fuerza de razón, convengo con Borges en que la literatura es un sueño dirigido. Ni siquiera el mundo onírico en su irregular proceso  recrea la realidad como lo hace un texto. Preferir un autor o libro dice que el ensueño literario no dista mucho del personal, y que el mundo también merece descubrirse en otros.

Las obras que tenemos en casa o buscamos son alma del yo, luces y sombras de laberintos psicológicos que nos definen como somos o queremos ser. Por eso los libros hacen lectores, y quienes leen hacen del texto un universo cuyo fin será siempre deslumbrar.

Ya se sabe que la buena literatura puede hacer milagros. Puede ayudar a explicarnos este misterioso y sorprendente mundo, en que sin embargo la capacidad de asombro es cada vez más rara, y las emociones más escasas.

Las trampas tecnológicas amenazan. Cuando las posibilidades de producir un libro son tan amplias, la gente prefiere avances que dinamicen su vida, entretengan o instruyan rápido y aparten de aliarse a lo que parezca solitario.

Por eso Borges hace falta.

miércoles, 20 de abril de 2011

Baracoa va en pintura a La Habana

Obras de varios de los más representativos pintores de Baracoa serán expuestas la próxima semana en la galería Collage Habana, de la capital cubana, bajo un título en sí identitario.

Arreovaya, ¿a dónde va esa bicha? sugiere la búsqueda de un camino que artistas de la plástica de la Primera Villa desbrozan con talento y consecuencia, pero con escasas posibilidades de que otros vean fuera del territorio.

La muestra reúne piezas de más de veinte creadores (Ver galería) que pintan en Baracoa , La Habana o fuera de Cuba con el apego a su tierra como sentimiento común y fuente inspiradora.

Según el Licenciado Rosendo Romero Suárez, curador del proyecto expositivo, las obras permitirán apreciar que el artista de la plástica baracoense expresa el mundo de manera única, influido por condicionantes históricas que de alguna forma singularizan.

Esta exposición colectiva se verá en momentos en que se prepara otra de autores de la Ciudad Primada para ser mostrada en doce localidades de Portugal.

sábado, 9 de abril de 2011

Tremebundo

Cesó el castigo de Posada. No el que propició, sino el que sentía cuando tuvo que salir de casa para el show encubierto con la palabra juicio.

Ya no habrá condena. Sí acusaciones, pero sin impedir que el señor siga durmiendo como siempre ha hecho, a pierna suelta.

En definitiva, él merece descansar. De eso está convencido, como debió estarlo cuando mandaba a asesinar desde su madriguera.

A quienes tienen un mínimo sentido de justicia les queda, a puro sentimiento, enterrarlo vivo.

martes, 22 de marzo de 2011

Para subir al cielo

Para subir al cielo se necesitan tantas cosas que uno se pregunta si algún día será tan leve como para posar el cuerpo en las nubes.

La creencia inveterada de que solo los buenos van a la gloria genera una persecución de ideal nada desdeñable, pero, a la vez, preguntarse en qué bando se está y quedar conforme al saberlo puede resultar confuso o embarazoso.

Hoy es universal la aceptación de muchos de que el bien y el mal donde mejor se desligan es en reino de Dios, que nada ni nadie como el Señor puede entender las cosas del imperfecto mundo terrenal, perdonar lo pecaminoso, redimir y saber las almas, las poquísimas almas que, según la Biblia, acompañarán al todopoderoso en el viaje al Edén.

Un proceso tan arduo quizás demande, como en la canción, dos escaleras. La grande para esforzados que creen en la virtud y saben que la vida es una constante escarpada; la chica para perezosos que prefieren caminos cortos y planos por considerarlos más provechosos. En todo caso, pertenecer a una iglesia respalda la elección.

De momento parece no haber más refugio que los templos para estar protegidos de la maldad, o en vías de lograrlo; pedir y esperar que el milagro salve de reales y posibles fatalidades; merecer librarse de enfermedades, físicas o espirituales.

Ahora recuerdo aquello de que el amor florece en tiempos de peste. Pero, si en verdad pueda que en épocas turbias crezca el afecto hacia quienes queremos o buscamos nos quieran, el “amor” de cientos y miles de nuevos feligreses que se acercan a las casas de Dios en toda Cuba nace de la curiosidad y el vacío del “voy a ver qué pasa”.

Hoy la Iglesia como institución aprovecha muy bien la necesidad de la gente de asirse a algo cuando no encuentra a qué en su casa, su familia y su realidad para hallar la paz que a veces comienza a negarse uno mismo.

Así debió ser siempre, como cuando yo asistí a la Iglesia Parroquial de Baracoa hasta que mis padres dejaron de ir, no por falta de fe, sino porque la presencia en el templo afectaría la imagen de mi madre en su centro de trabajo, y la de sus hijos en la escuela.

Si actualmente yo fuera adonde entonces iba, al menos estaría en un camino labrado a conciencia limpia. Para mí, la falta de experiencia vital es la que convierte a muchos llamados seguidores de Dios en falsos y oportunistas.

No creo sean mis ideas diatriba contra nada. No lo pretendo. Confieso que creo en Dios, aunque a mi manera, sin devoción, sin la esclavitud del ritual de acudir a un santuario para adorar, recibir predicaciones, purificarme y sentirme fiel.

Confieso además que desconfío de todo lo que ate por decreto, porque mutila la libertad necesaria para, entre otras cosas, mostrarnos tal cual  somos, ya sea preguntándonos si confiar en la justicia de Dios, o si lidiar solos, y cómo, cuando el diablo nos remueve el cuerpo.

Asuntos como esos son a diario disyuntiva en millones de personas. Como se responda ayuda a abrir o cerrar la puerta y el camino a la gloria. ¿Tan simple y complicado es?

Yo creo que para subir al cielo solo hace falta saber que existe. Desearlo está en cada cual.

martes, 15 de marzo de 2011

Anastasia y su laberinto

Quizás Anastasia Sánchez Sánchez nunca supo lo que es un laberinto. Hoy vive en uno, porque su memoria anda perdida dando traspiés, a veces sin levantarse pronto; a veces, la mayoría, sin levantarse nunca.

En la trampa de la vejez, ella recorre su vida desde que siendo niña vino con su familia a pie de Felicidad de Yateras a Baracoa, hasta los días en que el Alzheimer le hace extraviar los caminos.

Hoy, en zigzag, y solo instada a hablar, la anciana dice que nació en Santa Clara, “hace años ya”, en un lugar “que ya ni me acuerdo”.

Tampoco recuerda muy fácil dónde vive ahora, con quiénes, cuántos son sus hijos y bajo el cuidado de cuál está.

La realidad es que Chiche, como le dicen, reside en zona próxima al río Toa con una hija y un nieto, y que su verdadero hilo de contacto con el mundo es la asistencia de la descendiente cuando ella necesita  levantarse, hacer necesidades fisiológicas, comer y oír una voz que no sea la suya.

El otro cordón umbilical de la anciana de 105 años con la vida es su tarareo de canciones que casi nunca reconoce ni la familia, y que el día de la visita de este reportero hacía escondida del frío, acostada en la cama, cubierta de pies a cabeza.

Aún así, dice sentirse bien. Según la hija come bastante; según ella misma, “lo que me den, carne y plátano”, y como fruta: “arroz con leche”.

Cuando Chiche quiere refrescar y la memoria la deja, se va hasta un arroyo en La Perrera a lavar con la hermana. Allí está buen rato, hasta que el desvarío la devuelve a los 55 años que asegura tener, a los 100 que “quisiera vivir”, y a los 200 que no quisiera, “porque es mucha edad”.

Tal vez de todo eso se encargue Dios. Ella no es religiosa, pero cree en él. “Puede ser que me proteja”, aunque “con la edad que tengo ya pierdo”.

En las pérdidas de Anastasia están los muertos que a veces llama, está la paradoja de los días que alargan su existencia y refuerzan su enfermedad, está el padecer de andar sin orientación, ni buenos pies.

De un laberinto, incluso iluminado, no se sale tan fácil. Ni cuando se quiere. Ni cuando en la bruma se hace hasta por cantar.

domingo, 6 de marzo de 2011

La belleza

La persecución de lo bello es tanta que es difícil vivir sin ella. En la búsqueda de lo que creemos hermoso hay una recurrencia sucesiva como los días, asociada a la estética y el deseo natural de hallar en todo luz y no sombra.

Si la vida es un milagro, la belleza es un misterio. ¿Por qué si no, es además un ideal, como puede ser Dios, un ídolo, un amor o un ambicionado propósito?

Aspirar a la belleza será imprudente si no la sabemos dual. Cuando premia por real, ennoblece; cuando daña por engañosa, es como puta vestida de blanco y con flores.

Hay que ser muy fuerte para no sentir que a veces lo hermoso asusta. Es un pavor complaciente y seductor, ladrón lo mismo de sonrisas que de lágrimas.

Quien piense que lo lindo siempre es un regalo nunca entenderá lo feo. Desear rosa sin espina es desestimar el todo, incomprender que la flor es bella solo si lo aprueban los ojos.

A ratos voy a lo literario y recuerdo a quien deseaba divisar todo azul, así como al niño que el padre llevó a conocer el mar y ante lo majestuoso del océano expresó: papi, ayúdame a ver.

La belleza tiene el matiz del cristal con que se mire. Según está en el mar, el arcoiris o la caída de la nieve, puede sublimarse con la imagen del fuego volcánico en la noche.

Por arduo que parezca, pueden conjugarse hermosura y drama. Hermosos eran el rostro y los límpidos ojos de mi amiga Ina, que con poco más de veinte años dejó a voluntad este mundo saltando al vacío.

Desde entonces me consuela pensar que también ella, en el aire, quiso tocar el Sol.

jueves, 24 de febrero de 2011

Días de radio


Creo que fue la radio el espacio donde descubrí la magia. Antes que un prestidigitador me asombrara, escuchar música e imaginarme a quienes la anunciaban fue como entrar a un palacio que muy a distancia abría puertas.

Siempre consideré un premio inocencias como la de suponer a los locutores dentro del receptor situado en la sala de mi casa, así como a los artistas actuando en vivo, sin siquiera sospechar de donde eran o venían.

Hoy celebro la suerte de que otros supieran alimentar mi inocencia. El responsable mayor fue una tía pocos años mayor que sus sobrinos, con los que a diario esperaba la noche para oír un programa de la emisora de Baracoa titulado Su selección musical.

Aquello era fiesta. Mi tía imantaba y nos sumergió en el gusto por las interpretaciones de Héctor Téllez, Los Van Van, Nino Bravo, Tony Landa, Los Fórmulas V y unos locos ingleses que gritaban fuera de lo común al cantar y se llamaban Los Beatles.

En esa época inicié junto a un hermano el primer ejercicio continuo de mi vida: tratar de copiar lo más rápido posible el texto de las canciones que oía. Fue también mi primera competencia en serio y, aunque no lo sabia, la advertencia de que concluir algo solo place de verdad si a la vez divierte.

En años sucesivos cambió mi relación con la radio. Estaba becado, las grabadoras de cinta recorrían el mundo y su impacto hizo preguntarme si las emisoras podrían lograr que la audiencia gratificara más informarse y conocer que entretenerse.

Cuando primero supe cómo debe hacer una emisora fue mientras preparaba mi tesis de grado. Adentrarme en la radio nacional hecha para niños antes de 1959 me deslumbró por su eficacia, su historia aún oculta y la inserción en ella de figuras como Félix B. Caignet, José Ángel Buesa y Enrique Núñez Rodríguez.

Después conocí Radio Rebelde. Ejercer el periodismo en un tipo de prensa y un medio para mí impensados fue, más que sorpresa, la posibilidad de comprobar si la radio iguala o supera el atractivo de las publicaciones impresas y las propuestas televisivas.

Ni entonces voté, ni hoy voto por un medio de comunicación sobre otro. Si algo aprendí fue que cualquier realización como producto ser acepta según la hagamos, y que en definitiva es la gente quien decide si es oyente, lector o televidente.

A mi juicio, el mayor valor de la radio es que llegue donde a veces no ha estado el hombre. La imagen clásica del que habita un aislado rincón si dispone de agua, fluido eléctrico y se acompaña de un perro y un receptor manual para escuchar por doquier dice mucho del invento que en las primeras décadas del pasado siglo hizo que el mundo se fijara en Cuba.

Nadie negará que por tradición, provecho y perspectivas, la radio es un medio insustituible en la realidad de este archipiélago. Entenderlo no cuesta si se conoce el país, y si como hacía yo cuando chico, alguien sueña con escuchar a diario lo que transmite un estudio.

domingo, 9 de enero de 2011

Arrieros son (Fotorreportaje)

De lejos son un punto en movimiento con bestias guiadas por llanos y montañas de la cromática geografía baracoense. De cerca son personas casi siempre humildes, cuyo oficio originó la acertada frase de que “si el mulo no existiera, habría que inventarlo”.

La presencia de mulos en las lomas cubanas donde se produce alimento es tan simbólica y necesaria que sin esos animales el paisaje es incompleto. Lo creen los arrieros. Lo dice el contexto.