Baracoa no tiene hoy el mar de espuma simbólico del poema martiano, pero sí tuvo un sol que apareció sigiloso en hora y cambió desde temprano el ánimo de la gente.
Cuando ahora el astro rey está oculto y pugna por salir, el resplandor aclara la ciudad y sugiere que las lluvias podrían no aparecer hoy, al menos unas horas.
Y se agradece. Lo dice tanta sonrisa.
Trabajos relacionados:
No hay comentarios:
Publicar un comentario