Bienvenidos

Los primeros pensamientos para encontrar nombre a este blog fueron tan arduos que pronto desistí. Intenté una y otra vez encontrar un término aceptado por la lengua o inventado que denotara Baracoa, mi primera tierra, y nunca quedé conforme. Entonces reparé en que al pensar recreaba un mundo muy propio, quizás porque el que vivimos todos no contenta como yo quisiera, y exige creer que el Sol va a iluminar el día, aunque haya nublados. Creo que nombrar este blog La bolita´el mundo puede expresar mi deseo de representar, aunque sea desde el yo personal, lo que desde niño imaginé universo, hoy tan frágil y vulnerable que por momentos no parece más que una pequeña esfera. La bolita´el mundo es mi mundo, es Baracoa, Cuba, mi familia, mis amigos, son los cubanos dispersos por doquier, las personas incluso que no conozco y la sensorialidad por la que respiro y busco armonía para convivir con la gente en y desde todo lugar, desde toda expresión. Es, en fin, el mundo en mí. O si se quiere, yo en el espacio creado por Dios o la Gran Explosión, según se crea. Lo importante será la palabra, esa por la que me gano el pan y trato de hacer verso.

viernes, 26 de mayo de 2017

A mí me gusta mucho mi uniforme


Sentir que a uno le gusta el uniforme que lleva puesto es una satisfacción sin igual por lo que hace. Así le sucede a la enfermera Moranne Pérez Quintero, a quien encontré mientras laboraba en el policlínico Hermanos Martínez Tamayo, de Baracoa, y le pedí que me dedicara tres minutos para entrevistarla. 


“¿Tres minutos?, dijo extrañada. ¿Qué puede hacer en ese tiempo?”


Puedo felicitarla por el Día de la Enfermería, y hacerle unas preguntas.


"¿Sabe que el día de las enfermeras fue el 12 de mayo?


Lo sé, pero por el valor de lo que ustedes hacen creo que su día puede ser cualquiera.

"Concuerdo… haga las preguntas


Me dijeron que usted labora hace 19 años. ¿Cómo ha sido el recorrido?


“Yo soy graduada de la antigua Escuela de Enfermería de Baracoa, donde empecé luego de terminar el preuniversitario y estudié tres cursos hasta egresar con Título de oro en 1998.


Un año antes comencé a trabajar en el hospital de aquí y pude optar por una especialidad llamada Unidad Quirúrgica. Luego laboré tres años en Guantánamo, regresé a Baracoa, me ubicaron en el policlínico Hermanos Martínez Tamayo, y ya me ve”.


Hábleme de su experiencia en Guantánamo.


“Allá estaba en una sala de pos operatorio del Hospital General Agustino Neto y tenía mucho trabajo. Había un team de cuatro enfermeras y cada una atendía a tres pacientes hasta que se recuperaban y se mandaban a otra sala.

Estuve entre pacientes graves, anestesiados, ventilados, con una entubación endo-traquial, y entonces aprendí a entubar a una persona”.


Buen entrenamiento para una joven.
"Sí, laboraba de 8:00 a.m a 4:00 p.m y al otro día de 4:00 p.m a 8:00 a.m, es decir, hacía una guardia de 16 horas, para después descansar dos días”.


¿Llega a dolerle a una enfermera el padecimiento del paciente?


“Imagínese, la esencia de una enfermera es la sensibilidad hacia el ser humano, y el personal de enfermería es el que más tiempo pasa con un paciente.


A mí, por ejemplo, me costaría mucho trabajar con niños. Recuerdo que cuando estaba en Guantánamo atendimos un muchacho de Yateras de unos 18 años con heridas en el pecho y poco después murió. Era único hijo y el llanto de la madre me impresionó”.


¿Qué la ha ocupado en años recientes?  


“En este policlínico funcionó un saloncito de Cirugías menores y esterilización y yo era la enfermera instrumentista. Los ginecólogos hacían conizaciones por ASA, la dermatóloga muchas biopsias, trabajaron también angiólogos y oftalmólogos.


Cuando no he trabajado en el salón he estado en consultas externas con médicos de diferentes especialidades”.


¿Cómo describirías el trabajo de una enfermera?


“Como un trabajo muy sacrificado y bonito, en el que la vida, el bienestar, el  ánimo de un paciente también dependen de uno. Y puede que un día haya que repetir una guardia, si por alguna razón no llega tu relevo”.


¿Qué disfrutas más de lo que haces?

“La relación con el paciente, que queda para toda la vida”.


¿Se atrevería a decir qué la identifica en su labor?


"Bueno… como yo no hablaría de mí, me identifica el uniforme, que me gusta mucho".


Gracias por dedicarme este tiempo.


“Al final, no fueron tres minutos de diálogo”.


No lo fueron. Le pido disculpa.


“Que cortesía. Por eso, le regalo el tiempo adicional de la entrevista”.