Bienvenidos

Los primeros pensamientos para encontrar nombre a este blog fueron tan arduos que pronto desistí. Intenté una y otra vez encontrar un término aceptado por la lengua o inventado que denotara Baracoa, mi primera tierra, y nunca quedé conforme. Entonces reparé en que al pensar recreaba un mundo muy propio, quizás porque el que vivimos todos no contenta como yo quisiera, y exige creer que el Sol va a iluminar el día, aunque haya nublados. Creo que nombrar este blog La bolita´el mundo puede expresar mi deseo de representar, aunque sea desde el yo personal, lo que desde niño imaginé universo, hoy tan frágil y vulnerable que por momentos no parece más que una pequeña esfera. La bolita´el mundo es mi mundo, es Baracoa, Cuba, mi familia, mis amigos, son los cubanos dispersos por doquier, las personas incluso que no conozco y la sensorialidad por la que respiro y busco armonía para convivir con la gente en y desde todo lugar, desde toda expresión. Es, en fin, el mundo en mí. O si se quiere, yo en el espacio creado por Dios o la Gran Explosión, según se crea. Lo importante será la palabra, esa por la que me gano el pan y trato de hacer verso.

lunes, 24 de agosto de 2015

El aire de la radio


Quizás la frase que más me haya gustado en consideración al valor de la radio como medio de difusión masiva sea la que dijo el pianista cubano Frank Fernández: sin radio, es como sin aire.
 
No fue a través de la radio como primero se informó de manera oficial en Cuba, ni significó la aparición de ese medio el comienzo del entretenimiento que desde bien temprano tuvo como función la prensa.
 
Sin embargo, desde el inicio de las transmisiones regulares a través el éter en la mayor de las Antillas hasta hoy, el provecho de la radio ha sido insustituible.
 
Aquel agosto de 1922 en que los habaneros comprobaron la hora de sus relojes gracias a la planta 2LC luego del cañonazo de las 9:00 a.m en el Castillo del Morro, se comprobó que el naciente medio de prensa podía transformar la vida en los hogares y, poco a poco, el espíritu social.
 
Es que no solo se escuchó el tiempo horario exacto, sino también un parte meteorológico, un breve noticiero y canciones anunciadas por Zoila Casas Romero, que así se convertía en la primera mujer en hablar por micrófono en la nación.
 
En años y décadas sucesivos llegaron a este medio propuestas para niños, aventuras, dramatizados de teatro, seriales, novelas, programas de participación, comerciales, menciones, jingles, publicaciones que promocionaban espacios y figuras; en fin, todo lo que convirtió a la radio en industria, y luego en monopolio.
 
Fueron tantos los cambios que unas emisoras amentaron su prestigio, otras desaparecieron, irrumpió Radio Rebelde en la Sierra Maestra como vía de difusión del Ejército Rebelde y en lo adelante cambiaron la propiedad sobre las plantas radiales, los intereses con ellas, la forma de hacer y el impacto social, este último amenazado a partir de que poco más allá de la mitad del siglo XX, Goar Mestre posibilitara inaugurar la televisión en este país.
 
Hoy la red de emisoras cubanas permite que las señales de estas alcancen casi toda la geografía nacional; que las personas se informen con inmediatez y sepan algún día que cuando por cualquier razón no haya periódico en la mano, ni televisión a la vista, habrá radio.
 
Si donde no podemos leer, ver una imagen en pantalla o acceder a internet, podemos oír una voz quizás a cientos de kilómetros de nosotros, entonces la radio es un respiro, y un respiro, es vida.   
 
Trabajo relacionado: 
 
Cuando la radio era de piedra                         

jueves, 20 de agosto de 2015

La vida de Yorkis

“Mira, Richard, esta es mi vida, mi locura”, me dijo un sonriente Yorkis mientras apretaba suavemente a su hija y ella, feliz, disfrutaba el saberse querida, y a la vez, protegida.

El chofer de la emisora de Baracoa compartía con Zaddi, la niña, un plato elaborado con leche de coco y pescado, servido en jícara de güira durante el desarrollo en julio pasado de una acción cultural comunitaria en Barrancadero.

Fue una escena que vi repetirse muchas veces entre padre e hija, cuando ambos viajaban en el carro de La Voz del Toa conducido por él en funciones de trabajo periodístico.

Era prueba del amor mutuo de quienes se necesitan y lo muestran, más en circunstancias como las que imponían a ese padre llevar a la pequeña consigo porque no había con quién dejarla en casa o, simplemente, porque ella lo quería, y lo pedía.

Ahora que Yorquis se fue de este mundo me pregunto cómo la niña asimilará esa ausencia, cómo será protegida por la madre y la familia, y si es posible que en lo adelante pueda sentirse en el jardín florido donde estuvo su inocencia hasta hace muy poco.

Mis preguntas no buscan respuestas; mis preguntas solo me reafirman que la hija del chofer de la emisora que hoy cumpliría 38 años era para él lo que él mismo me dijo: su vida, su cuerda locura.