Bienvenidos

Los primeros pensamientos para encontrar nombre a este blog fueron tan arduos que pronto desistí. Intenté una y otra vez encontrar un término aceptado por la lengua o inventado que denotara Baracoa, mi primera tierra, y nunca quedé conforme. Entonces reparé en que al pensar recreaba un mundo muy propio, quizás porque el que vivimos todos no contenta como yo quisiera, y exige creer que el Sol va a iluminar el día, aunque haya nublados. Creo que nombrar este blog La bolita´el mundo puede expresar mi deseo de representar, aunque sea desde el yo personal, lo que desde niño imaginé universo, hoy tan frágil y vulnerable que por momentos no parece más que una pequeña esfera. La bolita´el mundo es mi mundo, es Baracoa, Cuba, mi familia, mis amigos, son los cubanos dispersos por doquier, las personas incluso que no conozco y la sensorialidad por la que respiro y busco armonía para convivir con la gente en y desde todo lugar, desde toda expresión. Es, en fin, el mundo en mí. O si se quiere, yo en el espacio creado por Dios o la Gran Explosión, según se crea. Lo importante será la palabra, esa por la que me gano el pan y trato de hacer verso.

lunes, 15 de agosto de 2011

La providencia del agua


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Una vez escribí que el agua podría ser considerada como patrimonio inmaterial de Baracoa. Continuas lluvias habían dejado un paisaje de inundaciones de ríos, lodazales, plantaciones caídas, reverdecer de la flora y ese hastío de cuando la persistencia altera hasta el pensamiento.

Creo que a esta hora deben ser muchos los que acuden a leyendas, divinidades y premoniciones para explicarse que el espectáculo nocturno con que se esperó aquí el medio milenio de historia de la Primera Villa de Cuba ya trascienda como la gala del agua.

Es difícil aceptar que si en el lugar donde más llueve en Cuba no hubo registro de precipitaciones que afectaran en fechas recientes la vida en la ciudad, la lluvia se anunciara y cayera poco más de una hora antes de la medianoche que haría nacer el día en que esta tierra festejara un distintivo cumpleaños.

Así es Baracoa, así es su naturaleza y así la asimilada percepción de que en la designada primera en el tiempo no hay celebración popular sin lluvia que la contraríe o bendiga.

Ester 14 de agosto, mientras en una plaza contigua al mar el arte recreaba bajo lluvia la conquista española en el archipiélago cubano, se podía recordar cuando en 1492 Cristóbal Colón tuvo que esperar durante días con paciencia la retirada de las lluvias para salir en sus naves de la bahía de Baracoa y continuar su aventura oceánica.

Desde antes, el agua fue recurrente en la región: “... allí era el propio lugar para hacer una Villa o ciudad y fortaleza por el buen puerto, buenas aguas, buenas comarcas y muchas leñas", había descrito el Almirante en su diario, y la sugerencia fue realidad casi veinte años después.

Hoy Baracoa sigue siendo agua. La imprevista, intempestiva y no sorprendente precipitación de anoche durante la gala por el onomástico de la ciudad confirma la certeza, y dice que, invitada o no, la tendremos siempre en el alma colectiva.

Con designios tales habrá que bendecir la lluvia. Obedecer a la providencia es sabio.

viernes, 5 de agosto de 2011

Un adiós a gusto

Adiós, Emily, Baracoa te saluda, me dije sin notar al instante la parodia de la frase atribuida a los gladiadores romanos que ante César iban a una batalla a muerte. La batalla aquí es por la vida, y luego del susto por posibles daños de la más reciente tormenta tropical en el Caribe, despedimos a gusto a la intempestiva. 
 
Baracoa temió que Emily invadiera sus calles y campos de agua, balanceara demasiado a los árboles y dejara en su espacio físico el rostro de la incertidumbre.

La experiencia del 2008 con Ike aún arrastra consecuencias en la vida de este territorio, y cuando ahora el espíritu colectivo está en alza en espera del medio milenio de la Primera Villa de Cuba, de repente hubo que fijarse en un fenómeno que podía no quedar omitido.

Hubiera sido difícil aceptar que nos aguen la fiesta más que las sorprendentes, abundantes y persistentes lluvias locales. La ciudad hoy se transforma con obras sociales hace tiempo necesarias, y la gente no quiere asociaciones con el Pelú, ni con lo más calvo de lo adverso.

Estamos a la espera de cinco siglos de historia de la segunda ciudad de América. Brindemos por el onomástico y pidamos que Dios nos proteja. Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa lo merece.

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