La salida de un taxi en la tarde del pasado 7 de diciembre de un área del Hospital General Docente Octavio de la Concepción y de la Pedraja, de Baracoa, pareció algo rutinario. No lo era: obedecía a un acuerdo, iba hacia la zona rural de Guandao y llevaba a un paciente sometido a un proceso de hemodiálisis en el intento de alargarle la vida.
En la marcha del auto lo seguían con la vista otros pacientes con enfermedad renal crónica ingresados en la sala de Nefrología
de la principal institución sanitaria de este municipio, y que esperan
ansiosos el momento de ser llevados de manera gratis en transporte
estatal hasta su casa cada dos semanas.
“Esa
es su gran ilusión”, diría luego el doctor Elbier Castellanos Delgado,
habituado como pocos al trato a los hospitalizados en el local donde
labora hace 7 de sus 18 años de graduado en la Facultad de Ciencias Médicas de Guantánamo.
El
médico dice que como los pacientes se saben con un estado de salud en
extremo delicado y en condiciones de internamiento siempre prolongadas,
las buenas relaciones entre ellos y la permanencia ocasional con sus
familias distinguen sus vidas.
Viaje desde dentro
Cuando en abril de 2004 hubo por primera vez servicio de nefrología
en Baracoa muchos no entendieron de qué se trataba, aunque supieron que
cristalizaba la idea del Gobierno de Cuba de garantizar toda la atención posible en esa especialidad, incluida la hemodiálisis, en cada rincón del país.
Hoy existe aquí un local donde también se atiende a pacientes de Maisí e Imías,
y de otros lugares si están de tránsito, para lo cual hay 8 camas,
cinco máquinas de hemodiálisis y un laboratorio bajo el cuidado de
nefrólogos, enfermeras, sicólogos y rehabilitadores, en su mayoría
jóvenes y con resultados de labor meritorios.
Según
el citado doctor Castellanos Delgado, el servicio de nefrología de
Baracoa exhibe uno de los mejores indicadores en la más oriental de las
provincias cubanas y en el país debido al bajo registro en la tasa de
mortalidad.
Por
su lado, la doctora Yamirla Fernández Durán destaca que “tuvimos 30
meses sin que los pacientes adquirieran hepatitis C, y hace ocho años no
se registra hepatitis B, muestra de una buena asistencia colectiva”.
Breves historias personales
María Luisa Barrea Fernández se encontraba frente al espejo del
cubículo donde duerme cuando el fotógrafo de RadioBaracoa se acercó a
ella. “Pérese, deje ponerme bonita”, dijo sin saber que ya se le había tomado una imagen. La señora, de 60 años, vive en Boca de Miel
y llegó allí hace seis meses a causa de vómito, flojera y decaimiento
pronunciado. “Me he acostumbrado a todo, no tengo otra salida”, dijo más
tarde consolada y ponderó las atenciones de médicos y enfermeras que
la atienden.
De buen humor estaba en el portal la también baracoesa Iraida Soler Lobaina mientras sostenía en la mano 5 tabletas de furosemida
recién entregadas. “¿Usted las ve?, le expresó a alguien a su lado para
añadir que “con las 7 de por la mañana son 12, pero mejor no me fijo en
eso”.
Según
ella lo que sí tiene presente es la hora de coincidir los pacientes
para conversar, conocer el estado de salud y hablar de cualquier tema.
“Hacemos cuentos picantes, nos reímos cantidad”, asegura quien ingresó
en el hospital dos meses atrás por una severa hipertensión.
Cerca
se hallaba Reinaldo Laffita Sánchez, que confiesa haber interrumpido
sus funciones de jefe de transporte de la Empresa agropecuaria de Imías a
causa de cansancio corporal, bajo peso y falta de apetito. Él afirma
sentirse hoy mucho mejor, a diferencia del maisiense Pedro Manuel Reyes
González, quien vive sin un riñón y está operado del otro.
Entre enfermos y malestares
El
repetido ambiente de buenas relaciones humanas entre aquejados que
comparten un local en instituciones sanitarias cubanas tiene en la sala
de nefrología del hospital de la Ciudad Primada matices de consideración.
Todos
dicen estar hermanados, a sabiendas de que su padecimiento los coloca
en la antesala de un estado terminal de la existencia, vista entonces
como el milagro de la sucesión de los días.
La
enfermedad renal crónica (ERC) es una pérdida progresiva e irreversible
de las funciones renales por 3 meses o más, con merma en la capacidad
de los riñones para eliminar desechos, concentrar la orina y conservar
los electrolitos en la sangre.
La
enfermedad renal crónica (ERC) es una pérdida progresiva e irreversible
de las funciones renales por 3 meses o más, con merma en la capacidad
de los riñones para eliminar desechos, concentrar la orina y conservar
los electrolitos en la sangre.
Los
síntomas de un deterioro de la función renal son inespecíficos y pueden
incluir una sensación de malestar general y una reducción del apetito. A
menudo se diagnostica luego del estudio en personas con riesgo de
problemas renales como presión arterial alta y diabetes, parientes con ERC o ante enfermedades cardiovasculares, anemia o pericarditis.
Vista hace fe
El dormitorio y los cubículos de hemodiálisis de la sala de
nefrología de Baracoa permanecen casi siempre llenos por personas en su
mayoría de áreas de campo o distantes y que sobrepasan los 50 años de
edad.
Hoy
reciben tratamiento dialítico 21 pacientes ambulatorios o ingresados a
los que se trata de acercar todo lo posible a sus familiares y centros
laborales para incorporarlos a la sociedad como cualquier semejante.
Es
todo un sueño cuando se hace por neutralizar una patología tan
agresiva, para cuyo combate el Estado destina la mejor alimentación y la
cuantía monetaria que permiten sus arcas en condiciones económicas y
comerciales muy desfavorables.
Visto
así, la nutrición, el suministro de medicamentos y el acto de
purificación de la sangre cada dos días a una persona condenada casi a
lo irremediable nunca podrá medirse por costo, sino por la voluntad del
paciente y sus benefactores para ver la vida como un regalo invaluable.
Bienvenidos
Los primeros pensamientos para encontrar nombre a este blog fueron tan arduos que pronto desistí. Intenté una y otra vez encontrar un término aceptado por la lengua o inventado que denotara Baracoa, mi primera tierra, y nunca quedé conforme.
Entonces reparé en que al pensar recreaba un mundo muy propio, quizás porque el que vivimos todos no contenta como yo quisiera, y exige creer que el Sol va a iluminar el día, aunque haya nublados.
Creo que nombrar este blog La bolita´el mundo puede expresar mi deseo de representar, aunque sea desde el yo personal, lo que desde niño imaginé universo, hoy tan frágil y vulnerable que por momentos no parece más que una pequeña esfera.
La bolita´el mundo es mi mundo, es Baracoa, Cuba, mi familia, mis amigos, son los cubanos dispersos por doquier, las personas incluso que no conozco y la sensorialidad por la que respiro y busco armonía para convivir con la gente en y desde todo lugar, desde toda expresión.
Es, en fin, el mundo en mí. O si se quiere, yo en el espacio creado por Dios o la Gran Explosión, según se crea. Lo importante será la palabra, esa por la que me gano el pan y trato de hacer verso.
La cooperacion del paciente es muy importante
ResponderEliminarCoincido en que es lo más importante, junto al estado anímico. Gracias por escribir.
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